sábado, 9 de febrero de 2019

EUROPA, ¿LA TIERRA PROMETIDA?


En este escrito  pretendo abarcar, quizás de forma deliberadamente genérica, pero lejos
de emplear un discurso abstracto, espero con argumentos poder expresar mi opinión sobre
varios temas que, al final, son los que nos conciernen a muchos hoy día.


 Cada año vemos oleadas y oleadas de llegadas de migrantes con una procedencia en común, África. Pero, ¿es tan grave la situación que atraviesan los países y habitantes de
este continente?
Seguro que sí,  yo diría hasta niveles inimaginables pero no por los motivos por los que muchos lo achacan.       
Como bien sabemos, África es un continente dividido en 54 países, muchos de los cuales no
se encuentran inmersos por ejemplo, en una guerra que justifique la huída de tantas personas.
La mayoría de ellos, por no decir, todos estos cuentan con recursos naturales capaces de  
abastecer y satisfacer todo tipo de necesidades que atraviese cualquiera de ellos. Incluso a
Europa, Asia o Norteamérica y, de obtener beneficios de las transacciones que se realizan en
estas operaciones. Ejemplo de estos países son:Nigeria, Libia, Argelia, Egipto y Angola.
Entre los 5 representan el 85% de la producción total del petróleo que se obtiene en África.
Otros países del continente también productores del petróleo son:Gabón, Túnez, Camerún,
República Democrática del Congo, Guinea Ecuatorial y Costa de Marfil. Estos países en lugar
de estar entre los más ricos del mundo, sus habitantes solo reciben cheques en blanco que, les
empuja a empeñar literalmente su vida en el mar Mediterráneo para llegar a la dichosa Europa.
Casualidad o no, la financiación que seguro llega ahí es la de las armas de última generación
para mantener activo el conflicto entre el gobierno y los llamados grupos rebeldes que se
encuentran casualmente en cada uno de estos países. El resultado de todo es la masacre de la
población civil, inestabilidad política e inseguridad total que solo beneficia a los intereses occidentales.
Desde luego no cabe duda de que es una fórmula efectiva. En fin, son casualidades de la vida, ¿no?
Pero al igual que he nombrado el petróleo, existen otros diversos recursos como diamantes, oro,cobalto,
bauxita, uranio entre otros. Aunque muchos de los países que los poseen no se encuentran en graves
conflictos, lo cierto es que ninguno de los beneficios que se obtienen de su explotación está al alcance
de la mayoría de la población. Tristemente sigue en manos de empresas como ha confirmado el director
ejecutivo de la organización británica ¨War on want¨. Nos confirma también con total certeza, por si
había dudas, el control de las empresas occidentales sobre los recursos naturales más importantes.
De las 101 empresas que allí se encuentran, 38 de ellas, con el respaldo absoluto de sus respectivos
gobiernos, poseen el control absoluto de los recursos que están en la África subsahariana. Entre ellas
están algunas empresas como: Rio Tinto, BP, BHP Billiton y Glencore, la mayor empresa de comercio
de materias primas del mundo, con sede en Jersey.
Si esto no es el Neocolonialismo, ¿entonces qué es?

 Llevo viviendo aquí en la misma Europa hace más de una década y veo cómo se hacen las cosas y no

voy a esconder mi admiración por la forma en la que se hacen.
Veo cómo se esfuerzan para potenciar la educación, el empeño que ponen para crear puestos de trabajo
específicos para jóvenes y no perderlos ya  que son el futuro del país y como consecuencia no tener una
población envejecida. Pues la realidad que veo en África es totalmente opuesta.
 Cada año, miles de jóvenes, mujeres y niños  comprometen sus vidas para abandonar sus países en
busca de un futuro mejor, como si África no tuviera nada que ofrecerles y, las consecuencias son que la
población autóctona se sienta "invadida", aumentan sentimientos y  expresiones racistas que tienen como
escenario las redes sociales y, a menudo se traducen en violentas agresiones físicas hacia estos "invasores".
Por una parte, por el simple miedo a lo desconocido y diferente y, por otra, porque el color de la piel que
tenemos, representa el mayor retroceso y el mayor fracaso del hombre, en cuanto a la evolución del ser
humano, basándose en los principios democráticos, para la consecución de una sociedad de bienestar.
Mi lógica y mi punto de vista se basan en una ecuación simple y fácil de despejar. Si la democracia se
basa en la soberanía de los pueblos y el derecho del pueblo a elegir y controlar sus gobernantes y,
el bienestar, el conjunto de factores que participan en la calidad de la vida de las personas en una
sociedad y que hacen que su existencia posea todos aquellos elementos que dan lugar a la satisfacción
humana o social no se dan en prácticamente en ningún país de nuestro continente, es lógico que el
concepto que se tenga de nosotros sea el del fracaso y el retroceso.
 
 En España por ejemplo, veo que cada vez que llega la fecha en la que teóricamente se alcanzó la
independencia de algún país africano, sus ciudadanos lo celebran, exponen sus banderas al aire libre
y hasta los jóvenes nacidos aquí en España y, nunca han pisado esa tierra y ni piensan aprender de la
historia, ni formarse para regresar algún día y aportar algo positivo de lo aprendido aquí, (un hecho
que me entristece profundamente), lo festejan con orgullo, pero para mí esas fechas tienen otras
interpretaciones. Esas fechas me recuerdan que es cuando se puso fin al antiguo colonialismo
abiertamente esclavista que duró más de 400 años en algunos países y, todo es  con el fin de respetar
o al menos ser coherente con lo escrito en la CSF (Carta de San Francisco de la ONU de 1945),
se inició el nuevo colonialismo impulsado entre otros por el entonces presidente francés Charles de
Gaulle y se ve claramente patente en algunos países de la África occidental para los cuales se fabrica
y se controla su moneda ( el FCFA) desde Francia, y cobrando un interés anual que representa hasta
un 13% del PIB de este país a la par que aumentan la inestabilidad y la pobreza en la economía de
estos países y me pregunto, ¿ dónde está la independencia esa que decimos haber obtenido?
¿Si fuera así por qué no somos protagonistas en la gobernabilidad de nuestros propios países en lugar
de huir de los mismos?
 La independencia significa también responsabilidad, y no es de responsables unos países de los que

huyen sus ciudadanos cada día para morir en el mar o escenificar la esclavitud moderna en el mar de
plástico de sus colonos.
La independencia, sólo resulta aceptable si existen mecanismos eficaces de responsabilidad jurídica.
Hay independencia, si las personas y los órganos encargados de la función jurisdiccional se dedican
siempre y exclusivamente a ella, sin atribuirse ningún otro papel o cometido social.
Hay independencia, si los políticos dejan de ser marionetas de quienes les financian sus campañas ya
sea desde Europa, Rusia, Asia o Norteamérica y cumplen con las responsabilidades que les toca, que
es la de velar por los intereses de su pueblo.
Hay independencia, si los jóvenes y la sociedad en sí tiene educación y una conciencia crítica y exigen
que se cumpla lo establecido legalmente y que cada funcionario público cumpla con lo que le ha sido
encomendado.
Si no es así, entonces no me hablen de independencia porque esta situación nunca cambiará.
 
 Los jóvenes que son la esperanza, el futuro y un aporte vital para un país, seguirán en exilio,
abandonando sus propias tierras porque su país está siendo controlado como de costumbre por los
mismos de siempre que anteponen sus intereses personales, sobre todo para enriquecerse por encima
de la dignidad y la vida humana.
 Reitero en la autocrítica porque para empezar, hay que cambiar la visión actual que tenemos de

Europa. Todos sabemos que el prestigio lo es todo. Lo que pagamos por Nike, Adidas o Gucci muchas
veces no tiene nada que ver con la calidad del producto, sino por el prestigio que tienen y, si hablamos
de prestigio, Europa lo tiene.
Muchos africanos colonizados por Francia piensan que este país es una parte fundamental de su
historia al igual que los colonizados por Portugal, Bélgica o por Gran Bretaña respectivamente, piensan
lo mismo de estos y no son conscientes de que estos solo tienen este prestigio y que realmente lo que
han hecho ha sido interrumpir la historia de sus países con un capítulo de terror, explotación y
esclavización y, a partir de ahí, emplean todos los elementos a su alcance para distorsionar la realidad y
la propia historia para hacerse protagonistas, principalmente como salvadores o portadores de la
civilización a todos los africanos en este caso.


 Esta confusión hace pensar a muchos que llegan a los países de sus colonos, que serán recibidos
como “el hijo pródigo ”, tal y como ellos los reciben cuando vienen a África, pero no es así.
Piensan que porque el 90% de sus carreteras están asfaltadas gracias al petróleo que extraen de sus
países como suyo propio van a tener el mismo derecho de disfrutarlo como uno más y no es así.
Piensan que porque el coltán u otros materiales que sustentan sus iphones X, o el café que les
despierta por la mañana provenga de sus países prácticamente regalado por los políticos de turno,
ellos también tienen el mismo derecho de disfrutarlos. Pues una vez más, vuelven a equivocarse
porque sucede exactamente lo contrario.
 Básicamente son vistos como productos de obras de caridad de las ONGs que los rescatan de la las
aguas del Mediterráneo.
Son vistos como excelente mano de obra barata para hacer trabajos que ningún hombre blanco querría
hacer; son vistos como personas a las que ofrecer una rebanada de pan porque el mundo entero les
observa y a cambio, deben mantener un silencio sepulcral sin derecho a exigir nada más que lo que se
les ofrece.
Son un blanco fácil en el caso de muchas mujeres, para los proxenetas dedicados a la explotación
sexual.
Son un motivo por el que muchos se apuntan a trabajos de voluntariado y hacen planes de viajar a
África no para contemplar la riqueza cultural ni de los bellos paisajes que allí se encuentran, sino para
enseñar a los “niños pobres” a cepillarse los dientes porque seguro no saben hacerlo ellos mismos y
así habrán hecho actos “ humanitarios e desinteresados” y ya se habrán sentido “realizados”.
 
 No me parece razonable ni digno de la condición humana el hecho de que personas que por situación
de necesidad mueran tiroteados al intentar cruzar una frontera, por muy ilegal que sea, al igual que me
parece inaceptable cuando veo a guardias civiles en el  cumplimiento de sus funciones siendo agredidos
de tal forma que muchos acaban hospitalizados por la violencia que emplean los que quieren entrar a Europa de la forma que sea y el ejemplo de lo que estoy hablando está en las vallas de Melilla.


 Es en gran parte, por la existencia de los diversos elementos que anteriormente mencioné, los
africanos recurren tanto a la palabra RACISMO, un término que por definición es, “la ideología que
defiende la superioridad de una raza frente a las demás (...)” y en cambio para mí, sufrimos ese rechazo
y discriminación por lo que representa el color de nuestra piel (un evidente e innegable retraso en el
transcurso de la sociedad moderna) y lo que ha significado durante gran parte de la historia que se
cuenta (siempre asociado a la esclavitud, la fuerza bruta e inferioridad intelectual).
 Esto lleva a muchas personas de piel blanca a afirmar ser superiores intelectualmente por el hecho de
tener ese tono de piel, y tristemente lo corroboramos nosotros los de la piel negra, escenificando lo que
es el verdadero síndrome de estocolmo, adorando a los que nos han oprimido o como mínimo, nos han
puesto obstáculos para avanzar y escondiendonos en un discurso victimista, pretendemos justificar
todos nuestros fracasos en lugar de aprender de ellos y superarnos.
Como decía, esta falta de responsabilidad de autogobierno con la colaboración necesaria de los
gobiernos del “primer mundo”, siguen provocando este tipo de migraciones que  han causado más de
35.000 muertos en el mar Mediterráneo en los últimos 25 años, 14.000 desde 2014, según el periódico
“eldiario.es”. Desde luego una cifra alarmante para los que se preocupan un poco por la vida humana y
no piensan en nada más que proteger sus intereses y su estatus de vida.
 Este tipo de migraciones sólo contribuye a la marginalidad de los que no han perdido sus vidas  pero
llegan y no consiguen trabajar y se ven "obligados" a desarrollar actividades que como mínimo son
ilícitas,  por ejemplo: la venta ambulante, convirtiéndose así en verdaderas mulas de las mafias que se
benefician de la mayor parte del lucro obtenido.


 Se han escrito muchos libros, críticas y miles de artículos que se publican a diario y muy pocos ofrecen
soluciones realmente eficaces, puesto que a parte de la evidente ausencia de la voluntad política, no
existen propuestas útiles llevadas a cabo fehacientemente que hayan servido para frenar esta
lamentable situación y ofrezcan  oportunidades a cada uno de ellos de ganarse la vida dignamente en
su respectivo país.


 Esta situación debe y tiene que cambiar. Somos numerosos los jóvenes que estamos siendo formados
tanto en África como en en los diferentes países europeos e independientemente de que algunos se
sientan europeos porque han nacido aquí, viven aquí desde hace muchos años o simplemente se
sienten identificados con lo que caracteriza a una persona europea, no podemos contribuir a que esa
formación sólo sirva para estar al servicio de los intereses personales y no del bien común para nuestros
pueblos. Porque les aseguro que nadie les mostrará ni les tratará con el respeto que merece un
ciudadano cualquiera por mucho dinero que tengan o logros hayan obtenido mientras “los vuestros”
sean tratados como ciudadanos de segunda clase o simplemente como habitantes del “ tercer mundo”.
 Creo que deberíamos empezar a exigir de verdad una política responsable a nuestros gobiernos e
incluso participar en ella de la forma que sea estemos donde estemos y no aceptar solo lo que tenemos.
Deberíamos  dejar de vender una imagen de tanta ostentación y de poderío cuando regresamos de
visita  a nuestros países motivando irracionalmente a los jóvenes a dejar los estudios y emigrar a
Europa como si aquí todo llegara “a pedir de boca”.
Tal vez deberíamos empezar a utilizar las redes sociales que muchos allí ya tienen a su alcance para

difundir una visión más realista de Europa y de las dificultades que atraviesan también sus habitante y,
sobre todo, la población inmigrante aquí.
Tal vez deberíamos pedir la colaboración a  todos los que piden ferozmente el cierre de fronteras y la
deportación de los "invasores",  a que revisen la política exterior que tienen sus gobiernos y cómo
actúan sus empresas en el extranjero, principalmente en países de donde provienen esos inmigrantes,
para que un pueblo que vive de la agricultura no se les expropien sus tierras a los agricultores  para
dárselas a un empresario europeo previo soborno al gobierno. De la misma forma, con los que viven de
la pesca, no se privaticen ciertas aguas y se dispongan sólo al servicio de pesqueros europeos, y los
autóctonos tengan solamente la opción de emigrar para sobrevivir.

 Si en lugar de actuar, nos acomodamos para  seguir esperando que los mismos que causan estos problemas los solucionen, ¿no estamos contribuyendo a favorecer las hambrunas, la emigración clandestina, ilegal, y tan denigrante que vemos a diario?